Los 48 médicos y enfermeros practican en un simulador estático y en un helicóptero real esta semana en Camarena de la Sierra (Teruel). La Universidad de Zaragoza ha diseñado una cabina que reproduce el escaso espacio y las incidencias en el aire en las que el alumno atiende un caso clínico.
Los alumnos del Máster en Medicina de Urgencia en Montaña de la Universidad de Zaragoza se entrenan estos días para poder atender emergencias sanitarias en situaciones adversas, incluidas las que pueden surgir en un vuelo tras el rescate de heridos o accidentados. Los 48 médicos y enfermeros adquieren éstas y otras habilidades a lo largo de esta semana en el módulo que se realiza en los refugios de refugio Rabadá y Navarro de Camarena, en Camarena de la Sierra (Teruel).
Para conseguirlo, los alumnos disponen de un "simulador estático de cabina HEMS", en el que deben atender un caso clínico, mientras la cabina reproduce el escaso espacio de un helicóptero y las incidencias del propio vuelo. Al mismo tiempo, el resto de compañeros pueden seguir en directo desde el exterior la resolución del caso gracias a un circuito de televisión. Este simulador estático de cabina ha sido posible gracias al proyecto de innovación docente financiado por la Universidad de Zaragoza, junto con la empresa INAER, colaboradora en estas prácticas.
Paralelamente, los alumnos han podido realizar sus prácticas en un helicóptero real, que durante todo el día de hoy ha efectuado hasta 48 viajes de entrenamiento ?uno con cada profesional-, en un viaje de unos 10-15 minutos, denominado de acomodación, y en el que han atendido una emergencia sanitaria mientras volaban. En el vuelo de acomodación se evalúa la actitud del alumno al vuelo y la adaptación a nuevas fuerzas gravitacionales y anti-gravitacionales durante el mismo.
El módulo está diseñado para que el alumno, médico o enfermero, adquiera conocimientos suficientes, habilidades y destrezas para activar la alarma, establecer estrategias de prevención y gestión del riesgo, así como progresar conseguridad en la montaña, por un lado, y obtener la cualificación pertinente, según la normativa europea, para formar parte de la tripulación de un helicóptero de emergencias médicas, por otro.
Estas prácticas como "tripulantes de cabina" son valoradas muy positivamente, pero no pueden repetirse dado que se realizan con helicópteros reales. El costo de la hora de vuelo (pilotos, queroseno, mantenimiento y revisión) es muy elevado, y el alumno sólo puede realizar un vuelo de acomodación y una práctica de asistencia sanitaria. Cada situación médica en vuelo es diferente (parada cardiaca, neumotórax, necesidad de intubación, vómito, etc.), tiene sus particularidades (posibilidad o no de tomar tierra, disponibilidad del uso del oxígeno, situaciones de emergencia en vuelo, etc.), por lo que no es fácil establecer un esquema a seguir. Como futuros integrantes de una tripulación HEMS, los alumnos deben aprender y comprender las dificultades que surgen a la hora de coordinarse en vuelo, para ser capaces! de integrarse con éxito en una situación real.
Para ello, la Universidad de Zaragoza aprobó a principios del curso 2010-11 un proyecto de innovación docente que ha sido financiado junto con la Empresa INAER, de un "simulador estático de cabina HEMS" que está siendo utilizado estos días en el refugio Rabadá y Navarro de Camarena de la Sierra.
Fuente: El Economista